Cierran las Shoppings por Cuenta Propia

Un artículo de la web Escambray.cu titulado "Declaran ultimátum a las casa-shoppings" fechado el 23 de agosto, me ha motivado a escribir. Efectivamente, el próximo 31 de agosto los negocios particulares de ventas minoristas de ropa, popularmente conocidos como "Casa-Shoppings",  "Trapi-Shoppings", etc, deberán cerrar sus puertas. La decisión se basa en que la mayoría de ellas fueron autorizadas en el 2010 bajo la licencia de "Modista o Sastre", desvirtuándose el alcance de la autorización, ya que estás tiendas particulares comercializan principalmente mercancías importadas. ¿Debemos celebrar o cuestionar la decisión de las autoridades?

¿Creen realmente los funcionarios de la ONAT y los implementadores de los lineamientos que esto beneficia a la sociedad y a nuestro país? Estoy plenamente de acuerdo que la actividad de sastre y modista ha sido desvirtuada, pero… ¿responsabilidad de quién? ¿Qué clausula de la ley establecía expresamente el alcance y el contenido de estas actividades?

Existen actividades que no requieren una descripción precisa como por ejemplo: albañil, plomero, parqueador, transporte automotor de pasajeros, etc., pero otras requieren que la ley especifique su alcance, requerimientos y limitaciones, entre otras: 

• Productor vendedor de artículos varios de uso en el hogar. ¿Cuáles artículos?, ¿primero debes elaborarlos antes de venderlos o puedes simplemente comercializar lo que otros elaboran?; 
• Productor vendedor de artículos de aluminio. ¿Pero es que la actividad precedente no incluye artículos de aluminio? ¿Quién lo sabe?
• Elaborador vendedor de alimentos y bebidas no alcohólicas a domicilio y en su domicilio. Todavía hoy pocos saben distinguir el significado de “a domicilio” o “en su domicilio"; 
• Reparador de artículos de joyería. Se dice que sólo puede reparar joyas pero no venderlas pero ¿dónde está escrito?; 
• Reparador de enseres menores. ¿Quién define qué son los enseres menores?;
• "Reparador de equipos eléctricos y electrónicos", "Enrollador de motores, bobinas, y otros equipos", ambas del mismo Grupo III y "Electricista" del Grupo VI. ¿Qué diferencia existe entre estas actividades?
• Carretillero o vendedor de productos agrícolas en forma ambulatoria. Parece clara la descripción, pero la palabra "ambulatoria" es interpretada de manera arbitraria por los diversos factores, desde aquellos que pretenden que el vendedor debe estar en constante movimiento, otros que aceptan paradas temporales de 30 minutos, unos que exigen cierta distancia de alejamiento de los Agromercados, hasta aquellos que abogan por estacionamiento en lugares de acuerdo al día de la semana, etc. Pero ¿quién tiene la razón? 

Puedo seguir agregando incontables ejemplos que demuestran que a pesar del cacareado "ordenamiento jurídico" (se ha mejorado), nuestras leyes siguen adoleciendo de ambigüedades, incoherencias y redundancias que la hacen menos comprensible tanto para los que deben acatarla, como para los que deben hacerla cumplir. Cuestionable también es el excesivo desglose de las diferentes actividades autorizadas a ejercer, siendo aconsejable la agrupación genérica de muchas de las actividades atendiendo a su afinidad.

No es justo que un trabajador por cuenta propia (TCP) luego de erogar costosas inversiones durante más de 2 años de actividades, le digan ahora que está violando la ley y debe cerrar su negocio de venta de ropas importadas, ropas por las que pagaron e internaron legalmente al país. Tampoco es justo que un TCP titular de una cafetería que durante 2 años mantuvo en el portal de su propia vivienda, le digan ahora que debe ser adentro de su casa, ya que en el portal atenta contra el “ornato público”, como si el portal no fuera parte de su vivienda y sin tener en cuenta la presencia y rigor estético del local que en ciertos casos resulta agradable y de muy buen gusto, aunque justo es reconocer que en otros casos el aspecto de estos negocios es lamentable, pero ¿por qué no mejor establecer legalmente con precisión requerimientos estéticos y zonales como condición para autorizar los negocios en los portales? A los cubanos nos sigue pareciendo más fácil negar, prohibir y "botar el sofá por la ventana", incluyendo a veces las dos butacas y la mesita de centro. 

En el caso de la venta de ropas importadas en tiendas particulares ¿por qué eliminar/prohibir/desestimar una actividad que ha tenido tan buena acogida por el público? ¿Qué tal esta propuesta?:

Crear una empresa estatal (autofinanciada) cuyo objeto social sería la intermediación en actividades de importación con destino comercial ejecutadas por los cuantapropistas. Esta empresa se encargaría de las labores de recepción, manipulación, desagrupe, revisión, etc. de las mercancías importadas por los TCP como "carga no acompañada". También participaría en la recaudación de aranceles aduanales e incluso hasta pudiera ser retentora (pagando al Fisco) de un porcentaje como pago a cuenta del impuesto sobre ingresos personales del TCP al momento de la importación. Por sus servicios de intermediación esta entidad facturaría una tarifa en función del volúmen y/o valor de las mercancías importadas, pudiendo también ofrecer servicios de almacenaje y transportación terrestre hasta el lugar designado por el importador. Esto parece ciencia ficción sólo en nuestro país, pero no tiene por que serlo, los cubanos tenemos que dejar de creer que no podemos hacer nada acertado condenando de antemano cualquier idea al fracaso, esta propuesta informal (incompleta en detalles) puede muy bien ser un proyecto viable y su éxito depender sólo de la voluntad política de los que tienen la autoridad para hacerlo realidad.

Los vendedores de ropa importada no son delincuentes, contribuyen a ampliar y aliviar la magra oferta minorista en nuestro país, contando con una marcada aceptación popular, es una actividad generadora de empleo y además tributa a la hacienda pública. Si las tiendas particulares resultan incómodas para sus similares estatales, la solución no es eliminar o prohibir, sino tratar de mejorar la oferta estatal compitiendo con los particulares o quizás aún mejor, rentar los establecimientos estatales a los TCP y desentenderse el estado de esta actividad, ¿por qué no? ¿no lo está haciendo con la gastronomía y el transporte público?

Este proyecto de creación de una entidad importadora puede quizás salvar a las Shoppings por Cuenta Propia, no son tiempos de prohibiciones, son tiempos de AVANZAR. La gente necesita confiar en el Estado, quiere creer que el país está siendo conducido por personas inteligentes y pragmáticas, quiere convencerse de que realmente sus necesidades son la prioridad y el desvelo de las autoridades.

El presidente Raúl Castro llamó hace mucho tiempo (y lo sigue haciendo), a romper esquemas y cambiar la mentalidad, también hizo un llamado a no estigmatizar como antaño el trabajo por cuenta propia. Yo les hago una sola pregunta a todos mis compatriotas:

¿Por qué no le tomamos la palabra y hacemos lo que nos pide?